Un album de fotos del gran mito del rock que, organizadas de forma cronológica, sirven de pretexto para narrar cincuenta años de retrato fotográfico, la relación entre fotógrafos y famosos, la evolución de modas y peinados y la creación de la estética del rock. La figura de Mick Jagger es ya universal. Su rostro, radicalmente característico, lo ha convertido en el prototipo de estrella del rock. Su carisma y su forma de moverse juegan un papel fundamental en la admiración que despierta en sus fans y en la pasión que es capaz de desencadenar. A sus espaldas, una de las carreras más largas del rock, que ha promocionado de la mano de fotógrafos de primera línea, con los que ha trabajado en reportajes, carteles y carátulas.
El libro está prologado por François Hebel, director de los Rencontres d'Arles e impulsor del proyecto. También contiene un anexo con las biografías de los fotógrafos participantes, donde estos relatan las circunstancias en las que se tomaron las fotografías. Mick Jagger. El libro de fotos se inicia con un retrato de Harry Goodwin, el fotógrafo oficial del programa Top of the Pops, popular espectáculo televisivo de la BBC. En ella aparece un Mick Jagger de apenas 21 años que se aferra a un micrófono de metal, era 1964. El volumen se cierra con una fotografía de la estrella del rock tomada en 2008 por un compañero de profesión, Bryan Adams. Entre ambas, 44 años resumidos en 72 fotografías que radiografían la vida y la carrera de uno de los mitos musicales del siglo XX, con imágenes de: Albert Watson, Andy Warhol, Annie Leibovitz, Anton Corbijn, Anwar Hussein, Baron Wolman, Brian Aris, Bryan Adams, Cecil Beaton, Claude Gassian, David Montgomery, Deborah Feingold, Dominique Tarlé, Enrique Badulescu, Ethan Russell, Francesco Scavullo, Gered Mankowitz, Guy Peellaert, Harry Goodwin, Herb Ritss, Jean-Marie Périer, Jim Marshall, Karl Lagerfeld, Ken Regan, Kevin Cummins, Mark Seliger, Michael Putland, Michael Putland, Norman Seef, Peter Lindbergh, Pierre Terrasson, Robert Whitaker, Sante D'Orazio, Simone Cecchetti, Terry O'Neill, Tony Frank y William Christie.
Así, la década de los 60 nos descubre a un juvenil Mick fotografiado por Gered Mankowitz y Jean-Marie Périer para la revista juvenil francesa Salut les copains, así como imágenes de Cecil Beaton y David Bailey, quienes presencian el ascenso de la estrella. Los 70 alternan imágenes de la explosión del rock y estudiados retratos que evocan el auge del flower power. A imagen y semejanza de David Bowie y Lou Reed, fotógrafos como Terry O'Neill, Michael Putland y Jean-Marie Périer adoptan una mirada más teatral y presentan a Mick Jagger como dandy andrógino, mientras que Andy Warhol consagra a la estrella con una serie de litografías.
Es en los 80 cuando los fotógrafos comienzan a pedir a Jagger que lleve al estudio el dinamismo que despliega en el escenario. Enrique Badulescu, Herb Ritts y Pierre Terrasson captan sus rasgos más característicos: la boca, sus contoneos... Los 90 vieron cómo los retratistas caían bajo la influencia de la nueva fotografía de moda y Mick Jagger se convirtió en un joven lord, elegante, refinado e irónico, de la mano de Sante d'Orazio, Peter Lindbergh y Karl Lagerfeld, entre otros. Es en la primera década de nuestro siglo cuando las sesiones de retratos se convirtieron en un lujo poco frecuente, Jagger aún concede alguna, pero no parece dedicarle ya mucho tiempo a ello. Karl Lagerfeld escenifica tres imágenes, Mark Seliger y Simone Cecchetti muestran un rostro todavía atractivo pero más serio, cuya presencia, de intensa originalidad, acentúan las marcas del tiempo. Anton Corbijn establece con Jagger una relación divertida y cómplice, al igual que Bryan Adams.
