Los años vividos
Un recorrido por la obra fotográfica de Javier Porto en dos volúmenes
Entrega en todo el mundo y opción de devolución.
En el tránsito de los años 70 a los 80, Javier Porto (Madrid, 1960) conjugó su vocación de fotógrafo callejero por las esquinas de su ciudad con el acceso a los salones capitalinos del glamour y del dinero. Y para cuando se marchó a Nueva York en el 84, donde fue asistente de Robert Mapplethorpe, Madrid parecía ser el centro del mundo -si nos atenemos a la expectación que despertaba por entonces su vitalidad en la prensa internacional- pero ya para entonces Porto y algunos otros protagonistas de aquellos años notaron que la movida comenzaba a perder pulso a la par que, como movimiento cultural y social, conseguía consolidarse y se institucionalizaba.
Consecuencia y reflejo de aquella aventura artística y personal es la presente exposición, Los años vividos [1980-1990], que se divide en dos bloques, de 50 fotografías cada uno, de características muy distintas: La noche se mueve es una crónica apasionada del Madrid de aquellos años, cuando la ciudad parecía vivir al compás de lo que ocurría en sus calles y garitos desde que se ponía el sol hasta el amanecer, ya libre de complejos tras varias décadas de dictadura y dispuesta a ponerse el mundo por montera. Y, por otra parte, la suite “Grace, Andy, Keith, Robert y cía” recoge los preliminares y el making-off de una sesión fotográfica que tuvo lugar el 28 de julio de 1984 en el estudio que Mapplethorpe tenía en el número 24 de Bond Street a lo largo de catorce horas, organizada por el propio Warhol para publicarla en su ya entonces mítica Interview a la mayor gloria de Grace Jones, por entonces icono gay de las noches de Manhatan y dueña de las pistas de baile de medio mundo, y de un Keith Haring que de la mano de Andy había saltado del metro neoyorkino, en cuyos pasillos y estaciones realizaba sus dibujos con tizas, a las mejores galerías como la gran esperanza del arte americano de finales del siglo XX si su prematura muerte no hubiera segado esas grandes expectativas.