Foto libro de la fotógrafa Rosalind Fox Solomon que comienza meditando sobre las diferencias y regularidades que conforman la vida de las personas en todo el mundo. En una favela brasileña, un hombre sueña despierto mientras sostiene un cuadro reproducido de la realeza francesa. En Nueva York, una madre contempla a su hija con una corona de la Estatua de la Libertad. En una escuela de la Guatemala rural, unos niños pequeños fingen hacer música con instrumentos de papel.
A medida que la secuencia avanza, una historia más oscura emerge de estas imágenes: una conformada por los violentos acontecimientos de la historia mundial reciente, acontecimientos que a algunos les resulta más fácil olvidar. A través de sus fotografías en blanco y negro, Fox Solomon ofrece una reflexión sobre los males de la guerra y su gran alcance. Los cuerpos de sus protagonistas muestran las huellas físicas del conflicto y de la política exterior agresiva: dos adolescentes camboyanos que perdieron las piernas por culpa de las minas terrestres mientras recogían leña cerca de sus casas; las víctimas del agente naranja, un arma de guerra química que sigue afectando a los niños nacidos mucho después del final de la guerra de Vietnam; un superviviente de Hiroshima que nos recuerda la abundante acumulación de bombas nucleares en todo el mundo actual. Las imágenes de Solomon rinden homenaje a la vez que dan un testimonio inquebrantable de aquellas personas de todo el mundo cuyos cuerpos se han convertido en lugares de conflicto y se mantienen como monumentos permanentes de la despiadada búsqueda del poder.
