Masahisa Fukase, Sasuke

En 1977, Fukase dirige sus objetivos hacia su nuevo compañero Sasuke. Al haber crecido con felinos, decide con la llegada de este nuevo gato a su vida que se convertiría en un sujeto fotográfico por derecho propio, fascinado por esta criatura llena de vida que lleva el nombre de un ninja legendario. Sasuke desaparece al cabo de diez días y el fotógrafo pega cientos de pequeños carteles (como los que aparecen en la portada del libro) en su barrio. Una persona trae de vuelta a su gato, aunque no es Sasuke, pero no importa, acoge a este nuevo gato con tanto cariño. Un año más tarde, toma un segundo gato llamado Momoe, que también entra en el marco y nunca se cansará de fotografiar sus juegos. Se convierten para el fotógrafo japonés en un campo de experimentación sin límites que da lugar a una obra extraordinaria por su inventiva técnica y visual.

Como a menudo en su obra, esta serie muestra una forma de proyección del fotógrafo en su sujeto. El gato, fiel compañero que nunca le abandona, ocupa el lugar de su mujer, eterno dolor de corazón, representado posteriormente por los icónicos cuervos que huyen.

Sus gatos han sido objeto de varios libros a lo largo de su vida y Tomo Kosuga ha escarbado en los archivos del fotógrafo para concebir este último libro como el logro de una serie de publicaciones dedicadas a sus gatos.