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EDITORIAL LA FÁBRICA
Como el protagonista de la novela La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares, vivimos en un mundo de representaciones y de simulacros. Si el mundo es pura ficción, nos dice Ángel Marcos, hagamos que nuestras fotografías también lo sean. Por eso prepara la escena que va a fotografiar. Piensa que la tarea del fotógrafo no es elegir el lugar desde el que las cosas se ven mejor, sino lo que se tiene que ver. No muestra, narra.
Su forma de trabajar supone añadir algo al lugar, o descubrir en él la señal del paso de alguien. Alguien que estuvo allí antes que nosotros y que dejó al marcharse ese rastro.