Nicolás Muller - 3ª ed.
Las imágenes reunidas en este libro muestran el largo peregrinaje que Muller inició tras exiliarse de Hungría.
Entrega en todo el mundo y opción de devolución.
La Colección PHotoBolsillo presenta en un nuevo volumen fotografías de Nicolás Muller no publicadas en la primera edición. Cincuenta y seis imágenes realizadas entre 1935 y 1980, año en que el fotógrafo finaliza su actividad profesional.
Las imágenes reunidas en este libro muestran el largo peregrinaje que Muller inició tras exiliarse de Hungría en 1938. París, Portugal, Tánger y, finalmente, España, constituyen el escenario en el que desarrolló una visión personal del ser humano, basada en un profundo respeto por el trabajo.
Los trabajadores, los ratos de ocio y de diversión, el sufrimiento y la simple contemplación del cuerpo desnudo, se convirtieron en objetos de estudio por parte del artista. "Siempre creí que el fotógrafo tiene en sus manos un medio único para reflejar la realidad, y la cámara debe tener una especie de fidelidad notarial y hacerlo, además, en una cierta dirección estética", comentó Muller sobre su obra.
Sus imágenes son, al mismo tiempo, un relevante recordatorio histórico que lleva a revivir la historia del siglo XX. A través de su cámara se puede percibir desde el presentimiento del holocausto nazi hasta un plácido y subyugante exilio en Tánger, del que recoge todo su exotismo.
El libro se completa con un texto, en español e inglés, de la periodista Pilar Rubio, directora de la librería Altaïr, miembro fundador de la revista de arte contemporáneo Lápiz y directora de la revista El Europeo.
En palabras de Pilar Rubio: "Muller siempre se mantuvo fiel a una fotografía de principios". Es esa la principal característica de un autor que, tras recalar en España, se convierte en el gran retratista de la sociedad española de las décadas de los 50 y 60, convirtiendo sus fotografías en testimonios de una época.
El autor
Nicolás Muller (Orosháza, Hungría, 1913) estudia Derecho y Ciencias Políticas, pero elige la fotografía. Da vida al proyecto Descubridores de aldeas con otros compatriotas. En 1938, huye del nazismo a París, donde conoce a Robert Capa y Brassaï, y aprende de Kertész y Moholy-Nagy. Al comenzar la II Guerra Mundial, viaja a Portugal, donde realiza fotografías evocadoras y melancólicas. Huye a Tánger y Marruecos: sensualidad y morbidez definen las instantáneas de este período. Recala en Madrid de la mano de Fernando Vela, discípulo de Ortega. En 1947 se nacionaliza español.
Es el fotógrafo de las elites culturales de los años 50 (ilustra libros de Azorín, Dionisio Ridruejo, Julio Caro Baroja y Luis Rosales) y también de los pueblos de España.