Como afirma el crítico y comisario Alejandro Castellote en el prólogo del libro dedicado al trabajo de David Jiménez, "su obra conecta con la idea que prevalece en la enseñanza budista: las cosas o acontecimientos que creemos observar en realidad no tienen sustancia, sino que están formados con fenómenos".
Y es que el trabajo que puede verse en esta primera edición de su PHotoBolsillo está compuesto por mensajes frágiles que cuestionan las nociones que toda persona experimenta en cuanto a la naturaleza de la realidad. Esto indica que las 63 fotografías que pueden verse en sus páginas, en contra de lo que pueda parecer, no son fruto del azar o de la realidad fortuita con la que algunos fotógrafos chocan o están estrechamente interconectados, si no que se trata de imágenes deliberadamente ambiguas y minimal, que pretenden evocar la cotidianeidad de la realidad que le rodea, todo ello desde un lenguaje sutilmente poético.
Siluetas y objetos difusos, esquinas infinitas, sombras, enfoques indefinidos, reflejos sobre superficies,... en definitiva, universos elaborados bajo el acierto de saber interpretar el espacio bajo el mejor blanco y negro. Según Castellote, David Jiménez pretende reinterpretar el significado negativo que merodea alrededor de palabras como caos, azar o dispersión para darles sentido desde el punto de vista de la creación. Esto puede apreciarse especialmente en las imágenes de su serie más característica, Infinito, desarrollada a finales de los noventa y que puede verse materializada en libro, a la vez que resulta especialmente significativa por haber sido expuesta en la Sala Imagen de Sevilla, el Nederlands Foto Instituut de Roterdam y PHotoEspaña 2000.
David Jiménez (1970, Alcalá de Guadaira, Sevilla), asentado en Madrid junto con su familia desde 1983, comenzó a interesarse por la escritura y la fotografía desde temprana edad. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, consigue compaginar pintura y fotografía a la vez que completa su formación con su asistencia a talleres como los impartidos por los fotógrafos Koldo Chamorro, Javier Vallhonrat o Jan Saudek, entre otros. Su interés por la fotografía le hace comenzar a viajar a diferentes destinos como Weimar, Bogotá o India, donde realizó uno de sus primeros encargos. En Oviedo fue profesor de fotografía durante dos años en la Escuela de Arte de la ciudad. Su trabajo ha sido reconocido por diversos premios como el otorgado por PHotoEspaña al Fotógrafo Revelación de 1999, el Notodofotofest 2005 y el Premio Kaulak Villa de Madrid 2008.
