Matador W es nuestro volumen 25. Y decidimos que, en lugar de embarcarnos en una fiesta de fuegos artificiales, iríamos a la esencia. Blanco y negro. Y el pantone Warm Grey 7, un gris maravillosamente cálido y elegante, como fondo. Puro Matador A. Esa era nuestra inspiración.
Este año, Matador no tiene un tema. Lo importante son los nombres. Hemos confiado nuestro destino a un selecto grupo de autores que nos ha acompañado a lo largo de nuestra singladura. Y les hemos pedido que miraran atrás y adelante y vieran los cambios que se han producido en este tiempo. En sí mismos y en nuestro mundo. Y los que vendrán.
Marina Abramović, que presentó su serie sobre Santa Teresa en la galería de La Fábrica, la publica íntegra en este volumen; El artista chino Zhang Huan selecciona un cuadro deslumbrante de 37 metros de longitud pintado con ceniza, que muestra a Mao Zedong rodeado por mil fieles; en Tokio, el fotógrafo Daido Moriyama, uno de los cazadores de imágenes más potentes de nuestro tiempo, nos ha dejado algunas instantáneas de su diario de la calle; un cuaderno especial descubre las nubes de tiza de Tacita Dean, delicadas y emocionantes. Y como cierre, la Amazonía de Sebastião Salgado, el último viaje de un fotógrafo tan grande que no cabe en el siglo xx.
Hay muchos amigos de la revista: Ferran Adrià, Alberto García-Alix, Javier Marías (que vuelve a publicar el texto que abrió Matador A), Javier Gomá (que aborda el mismo tema 25 años después), Manuel Vicent, Antonio Lucio, Salvatore Settis, Byung-Chul Han. Y además, Martin Scorsese. Y tres homenajes: a Eduardo Arroyo, que nos deja su último cuadro inacabado; a Joselito El Gallo, que se hizo mito cuando murió hace cien años, y a Eduardo Chillida, con unas fotos asombrosas de Francesc Català-Roca.
El Cuaderno de Artista que acompaña al Volumen W de Matador recoge la intervención efímera realizada por Miquel Barceló en la Bibliothèque Nationale de Francia, en París, en la que pintó con arcilla una gigantesca vidriera de 190 metros de longitud y 6 de altura. Titulada Le Grand Verre de terre, la obra es un homenaje a Ramon Llull. Se inauguró en marzo de 2016 y fue borrada en agosto del mismo año. Matador publica por primera vez Le Grand Verre de terre en este cuaderno extraordinario, de casi cien páginas, que celebra el 25 aniversario de la revista.
