El primer número de Matador está dedicado a la primera letra del abecedario, la A, y su publicación, en otoño de 1995, fue una enorme sorpresa. Su concepto, su formato y su extrema calidad la hicieron, desde el primer momento, un proyecto único
Portada. Un puño de boxeador, fotografía de Jammes A. Fox, le pone cara a la primera letra de Matador.
Abecedario. A de arte. Arte del siglo XX, arte de vanguardia, arte inventado a sí mismo, arte farsante, antiarte... Una reflexión sobre la letra A de la mano del escritor Enrique Murillo. Y como imagen, una inmensa letra A que protagoniza la fotografía de Antón Stankowski.
Desiderátum. El texto que resume el espíritu del número recoge en esta ocasión un pensamiento sobre el hombre contemporáneo, sobre el hombre occidental, el más vilipendiado de todos los tiempos: cobarde, explotador, cruel, responsable de todas las desgracias... Una reflexión de Javier Marías que la revista toma prestada amodo de editorial.
Matadores. La revista destaca en cada número a tres personajes especiales. En Matador A, son el director de orquesta Sergiu Celibidache, descrito por el periodista Luis Serrano; por su parte, Eric Kroll retrata al editor Benedikt Taschen y Mercedes Allendesalazar al mítico periodista Feliciano Fidalgo.
Boxeo. A través de tres historias paralelas, el boxeo se transforma en una metáfora de la vida: la que narra la odisea del hombre contemporáneo. Los claroscuros de este deporte quedan reflejados en las imágenes que James A. Fox tomó a boxeadores en Londres, París, Venecia y Nueva York a lo largo de 25 años. Y, en la parte de textos, este es también el tema que aborda Eduardo Arroyo en Los ademanes de la soledad y Gonzalo Suárez en Paso atrás.
Conversación. El director de cine Oliver Stone y el escritor Barry Gifford conversan ante Jordan Elgrably sobre la producción del arte en el mercado de la cultura de masas, la violencia real e irreal y el poder de los grupos de comunicación.
Fin de siglo. Antonio Saura y Carmen Iglesias hablan sobre la jubilación de la Vanguardia y Bill Gates reflexiona sobre las aplicaciones de la tecnología en todos los ámbitos de la sociedad, su futuro, lo que se avecina.
La cubanía. Reynaldo González habla sobre el mestizaje en Cuba, mientras Roger Salas crea un Diálogo detrás del mar. En la parte visual, Matador A ofrece tres visiones diferentes de la ciudad de La Habana: las de Walker Evans en 1933, René Burri entre 1963 y 1993, y Miguel Rio Branco en 1994.
Pasiones. La partitura de una canción para el poema Roman Suit de Tennessee Williams, escrita por Paul Bowles, se presenta en Matador tal y como la conservaba escrita Bowles en un viejo cuaderno de música. Monólogo para Berlín, a su vez, recoge las palabras del arquitecto Santiago Calatrava sobre la reconstrucción de la ciudad, más barata y práctica que artística, una solución justa para un país que piensa en la democracia y la economía.
El maestro Henri Cartier-Bresson da rienda suelta a sus dos pasiones: la fotografía y el dibujo, mientras que el fotógrafo Eli Ree muestra sus imágenes de niños y jóvenes en la sección Víctimas. Cierra la revista la Generación 95 fotografiada por Larry Mangino, con los retratos de Javier Fesser, Sergio Sanz, Ricky Dávila, Rosa Muñoz, Baruch Corazón, Jaime Bayly, Eduardo Sepúlveda y David Trueba.
El primer Cuaderno de Artista, que acompaña desde su nacimiento a la revista Matador, se compone de una imagen original sobre el mundo del boxeo del fotógrafo británico de ascendencia belga James A. Fox, de la que solamente se hizo una tirada de 200 copias firmadas, y que incluye un texto de Sebastião Salgado.
