Matador F. El miedo
Matador se aventura en los territorios del Miedo. Un escalofriante relato de Guy de Maupassant sirve de hilo conductor para presentar las diversas formas de este sentimiento universal: de las angustiosas imágenes de los chiqueros de Juan de Sande a los paisajes desolados de Gabriele Basilico o los sórdidos personajes de Roger Ballen. De las ancianas desnudas de Manabu Yamanaka a los sobrecogedores retratos de los prisioneros de Mauthausen tomados por Francisco Boix. Un número para reflexionar tanto sobre los miedos universales como sobre los particulares.
Cuaderno de Artista: Miquel Barceló
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Matador no intenta dar una respuesta directa a las preguntas, sino provocar la reflexión, tirando del hilo de nuestras fobias y temores para entenderlos mejor. En este volumen, el correspondiente a la letra F, se habla del Miedo a través de lo que piensan de él artistas o escritores y de cómo lo reflejan grandes fotógrafos.
Portada. Parte de un proyecto que Adam Broomberg y Oliver Chanarin dedicaron a Lovallo Rocco, quien en 1962 se clavó una espina en el pie derecho. Fue operado, pero los doctores no la encontraron. Tras 18 meses, fue operado de nuevo y finalmente apareció la espina, de 6 cm. de largo. La imagen es un ex voto dedicado a San Rocco.
Desiderátum. Aunque Matador no publica un editorial al uso, esta sección asume este papel, y en esta ocasión corre a cargo del filósofo vasco Fernando Savater, quien, desde una ética que él bautiza como "transmoral", realiza un encendido elogio del placer y su búsqueda, como una gran elección vital.
Matadores. El fotógrafo Jorge Represa inmortaliza a tres nuevos "matadores" que se las tienen que ver diariamente con diversas acepciones del miedo en sus respectivas profesiones. Miedo a la muerte o al dolor, que, en el caso de Franko B., un performer provocador, se concreta en el fluir inquietante de su propia sangre, y sobre el que ha escrito Íñigo Ramírez de Haro; por su parte, el escritor Lorenzo Silva se fija en la figura de José Antonio Fortea, sacerdote, teólogo y, sobre todo, exorcista titulado por el Vaticano. Y por último, la fotógrafa y periodista alemana Pamela Spitz narra la frenética agenda de sus encuentros y desencuentros con el actor porno Nacho Vidal.
Miedo. Uno de los mejores relatos de la literatura fantástica, El Horla, de Guy de Maupassant (en el que una presencia invisible va invadiendo poco a poco la vida del narrador, arrastrándole a la pesadilla y a la locura), se encarga de engarzar los distintos reportajes gráficos de la revista.
Fotografía. En el primer reportaje, el fotógrafo Juan de Sande entra en los chiqueros vacíos de la plaza de toros y fotografía el rastro de la furia de los animales antes del gran combate, cuando ya el olor a sangre les hace presentir la muerte. Las fotografías del italiano Gabriele Basilico capturan la atmósfera silenciosa de las calles vacías, de esos lugares sin historia de nuestras ciudades, repletos se sombras y temores, con el peligro escondido a la vuelta de la esquina. El autor nipón Manabu Yamanaka fotografía la huella del tiempo sobre los cuerpos desnudos de un grupo de ancianas. Una joven compatriota de Yamanaka, Yoshiko Munakami, fotografió la enorme belleza de un miedo interior: la ceguera. El objetivo del fotógrafo sudafricano Roger Ballen retrata la dureza y dolor que habita en el confinamiento de los hospitales psiquiátricos de su país, y Francisco Boix retrata a sus compañeros al borde de la muerte, en el campo de concentración de Mauthausen, durante la Segunda Guerra Mundial.
En Italia, los fieles cuelgan sus exvotos en la iglesia de San Rocco, en el sur de Italia, en reconocimiento por la gracias recibidas. Lo que antes eran figuras de cera u ofrendas pintadas, son ahora fotografías, que han recogido en un inquietante reportaje Adam Broomberg, Oliver Chanarin y Carlos Mustiennes. Cierra la revista un reportaje del australiano Max Pam, viajero impenitente en las calles de Oriente, que descubre la sensualidad y el mundo subterráneo de sus sociedades, vidas tan diferentes a las nuestras que a ratos infunden el temor a lo desconocido.
Cuaderno de Artista. Miquel Barceló compone un bellísimo Cuaderno de Artista para Matador con dibujos donde las formas vegetales se alternan con las animales, donde predominan los motivos naturales y donde hojas se enredan con los frutos y los insectos, en un estallido de colores lleno de matices y sensualidad.
- Páginas
- 24
- Idioma
- Español
- Formato
- 30 x 40 cm
- Editorial
- La Fábrica
- Año de edición
- 2001