Matador N. Barceló
Matador N un espejo del mundo de Miquel Barceló, cuyo universo aborda el volumen. Pasiones y obsesiones como el mar, reflejado en las marinas del pintor Iván Aivazovsky, los cefalópodos de Ernst Haeckel o los cristales de los diseñadores finlandeses Tapio Wirkkala y Timo Sarpaneva; la belleza de los frescos del siglo XV del monasterio Thiksé, en el Himalaya, los bodegones con frutas pasadas de Luis Meléndez o las chicas fotografiadas por el diseñador turinés Carlo Mollino. La revista reproduce los fantásticos dibujos de pulpos, calamares y anzuelos que la madre del artista borda sobre los manteles familiares. En los textos, encontramos piezas de Rafael Sánchez Ferlosio, Jonathan Safran Foer, Alberto Manguel, Jonathan Franzen, Pere Gimferrer o José Carlos Llop.
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El volumen N de la revista Matador es muy especial por muchos motivos. El primero y más importante es que lo dirige Miquel Barceló. El nombre más sobresaliente del arte español contemporáneo acepta el reto de crear un Matador que incluyera todas sus pasiones, obsesiones, inquietudes y caprichos. El resultado es un volumen muy sorprendente y sugestivo, que nos permite entrar en su espíritu creador. Una puerta hacia su alma.
Matador N es un espejo del mundo de nuestro artista. En sus páginas están muchas de sus pasiones artísticas y de sus obsesiones personales. La primera, el mar: unos lienzos de tormentas y mares revueltos de Iván Aivazovsky, un pintor del XIX especializado en paisajes marinos; también los grabados de cefalópodos de Ernst Haeckel y los cristales de los diseñadores finlandeses Tapio Wirkkala y Timo Sarpaneva traen olor a mar. Pero, sobre todo, incluye una sorpresa: un mantel gigantesco con pequeños bordados de pulpos, calamares y anzuelos. Fue la primera vez que los bordados de su madre, hechos sobre dibujos que Barceló le entrega, veían la luz. Un honor y una joya.
Hay muchas más cosas: los álbumes secretos de la policía política guatemalteca; los estudios del entomólogo inglés Henry Smeathman del siglo XVIII sobre las termitas; los frescos del siglo XV del monasterio Thiksé en el Himalaya, los bodegones con frutas pasadas de Luis Meléndez o las chicas pícaras fotografiadas por el gran diseñador turinés Carlo Mollino.
Gran lector, Barceló nos sugirió publicar textos de Rafael Sánchez Ferlosio, Jonathan Safran Foer, Alberto Manguel, Patrick Mauriès, Jonathan Franzen, Pere Gimferrer… o abordar a los poetas mallorquines y amigos suyos Andreu Vidal, Miquel Bauçá y José Carlos Llop.
Dos temas de gran calado completan este Matador-Barceló: Un cortometraje de Isaki Lacuesta creado para la revista y un largo texto del poeta panameño Edison Simons, impreso en un cuadernillo especial con tinta en la que se habían mezclado las cenizas del propio escritor, fallecido en París en 2001.
El Cuaderno de Artista que acompaña a Volumen N de Matador es obra de Miquel Barceló y contiene obras pertenecientes a dos series en las que el artista pinta sin pinturas. En la primera, Barceló utiliza lejía, que aplica sobre cartón, papel o lienzo negros. El efecto de la lejía actúa como un revelador, creando una imagen al decolorar el fondo negro. La segunda serie parte de lienzos ennegrecidos por el hollín en la boca de un horno de cerámica de su taller de Mallorca, sobre el que el artista dibuja posteriormente quitando color. Realizadas en 2009 y 2010, las obras son muestra del genio inquieto y experimental de este artista único.
- Páginas
- 196
- Idioma
- Castellano
- Formato
- 30 x 40 cm
- Editorial
- La Fábrica
- Año de edición
- 2009